9/4/10
Los ancianos se hacen merecedores a nuestro respeto, a nuestro cariño y sobre todo a nuestra paciencia, ellos no merecen que las entidades públicas o que nosotros: los ciudadanos, les demos la espalda cuando lo necesiten, no podemos permitir que se sigan violentando sus derechos, pasar por encima de sus necesidades sin importarnos lo que les pueda suceder, ellos no deberían vivir situaciones como: no ser atendidos por un médico en el momento en que lo requieran o no brindarles la atención que se merecen. Los ancianos deberían tener privilegios, el buen trato en todos los lugares a los que asista, la comprensión que se merecen (a pesar de que sean un poco reprocheros), toda nuestra atención, nuestro respeto y nuestra admiración.
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