19/2/10
En estos momentos, debido al nexo que tiene el desarrollo de la ciudad con las actividades humanas, es bastante sugestiva la idea de analizarla desde los diferentes temas que la abordan, como lo cultural y sobretodo lo social, porque es desde ahí donde nos damos cuenta la realidad de ella. Vivir la ciudad con sensibilidad, conocerla e imaginar cómo debería ser y qué podría mejorarle de lo que ya está hecho, compararla con nuestra ciudad ideal y contribuir a su desarrollo. Pensar en lo enigmática que puede ser, la incoherente comparación de los contradictorios asuntos que la tocan.
Analizando la ciudad nos damos cuenta que simplemente es un bosquejo; y que debe haber un ciudadano que se encargue de crearla, que se sienta su dueño y evidencie esas ilusiones. Según Barthes, la ciudad se debe construir, no reestructurar en algunos sentidos. Es el ciudadano, el encargado de su desarrollo y finalidad de ese proyecto, es él quien participa en el contenido de la ciudad, desde el principio hasta el final, desde su crecimiento hasta su muerte, ya que el día en el él muera, morirá con ella y tal vez sólo quedarán sus valiosos aportes.
Muchos físicos como G. de Chirico, Zalamea, Vayda o Zapata, observaban la ciudad desde cualquier ámbito, fuese o no real y pasaban de la inspiración a un modelo autentico e imaginario de ella. No se conoce nuestra ciudad sino se ha caminado por ella. Pos eso están las ciudades verdaderas y las proyectadas; aquellas que conocemos y aquellas que nos imaginamos. Son los ciudadanos quienes construyen la ciudad anhelada, pero es ella la que lo educa y moldea, para que de algún modo éste sea sensible e influya en su cambio. Al llegar a una ciudad nueva, quizá lo hacemos para calmar una necesidad de lo atrayente o, más bien, el querer sentirnos dueños de ella y vivir lo que en ella se vive.
Con los pensamientos podemos transformar nuestra ciudad ideal en la real y es por medio de ellos que las unimos. Pero es al ciudadano a quien le corresponde volver esos pensamientos en hechos ya que es él quien crea la historia.
El ciudadano crea e imagina una ciudad irreal, con el deseo de ser recordado; la cual transforma a su parecer, ya que la real es más complicada de influir y de transformar. Para pertenecer a ambas se deben unir lazos entre las dos ciudades y así poder conseguir una deslumbrante creación.
Analizando la ciudad nos damos cuenta que simplemente es un bosquejo; y que debe haber un ciudadano que se encargue de crearla, que se sienta su dueño y evidencie esas ilusiones. Según Barthes, la ciudad se debe construir, no reestructurar en algunos sentidos. Es el ciudadano, el encargado de su desarrollo y finalidad de ese proyecto, es él quien participa en el contenido de la ciudad, desde el principio hasta el final, desde su crecimiento hasta su muerte, ya que el día en el él muera, morirá con ella y tal vez sólo quedarán sus valiosos aportes.
Muchos físicos como G. de Chirico, Zalamea, Vayda o Zapata, observaban la ciudad desde cualquier ámbito, fuese o no real y pasaban de la inspiración a un modelo autentico e imaginario de ella. No se conoce nuestra ciudad sino se ha caminado por ella. Pos eso están las ciudades verdaderas y las proyectadas; aquellas que conocemos y aquellas que nos imaginamos. Son los ciudadanos quienes construyen la ciudad anhelada, pero es ella la que lo educa y moldea, para que de algún modo éste sea sensible e influya en su cambio. Al llegar a una ciudad nueva, quizá lo hacemos para calmar una necesidad de lo atrayente o, más bien, el querer sentirnos dueños de ella y vivir lo que en ella se vive.
Con los pensamientos podemos transformar nuestra ciudad ideal en la real y es por medio de ellos que las unimos. Pero es al ciudadano a quien le corresponde volver esos pensamientos en hechos ya que es él quien crea la historia.
El ciudadano crea e imagina una ciudad irreal, con el deseo de ser recordado; la cual transforma a su parecer, ya que la real es más complicada de influir y de transformar. Para pertenecer a ambas se deben unir lazos entre las dos ciudades y así poder conseguir una deslumbrante creación.
Publicar un comentario