19/4/10
Nelly Salgado es la directora de la unidad de los factores determinantes y los retos del sistema de salud en el instituto de salud pública CISS en México.
El tema central de este escrito es la inequidad a la que se ven sometidas las personas cuando llegan a la vejez.
Su tesis la sustenta en dos ideas principales: i) La seguridad social y democrática, y ii) El servicio de salud. Con esta reseña, pretendo exponer algunos ejemplos de los tipos de discriminación, por parte de la sociedad, a los que están expuestos los ancianos.
“Dado que la vejez es una etapa de la vida caracterizada por la disminución de actividades en gran medida laborales, implica también una disminución de los ingresos” (pág. 2), con ésta frase inicia la autora el desarrollo del porqué es tan importante la creación de políticas públicas para favorecer y proteger a los ancianos.
Salgado nos da como principal ejemplo: las pensiones, ya que muchos no tienen acceso a ella: “La inseguridad económica es un problema que afecta a todos los ancianos, pero particularmente a aquellos que desarrollaron actividades laborales en el sector informal y que no cotizaron para recibir una jubilación o una pensión en su vejez” (pág. 2). A demás afirma que: “…los hombres y las mujeres en la vejez se encuentran en diferentes estados de vulnerabilidad de acuerdo con el rol social y cultural y el nivel de protección institucional que la sociedad les otorga” (pág. 2).
La autora tiene razón a la hora de dar como ejemplo clave: las pensiones, ya que es en ella en la que las personas mantienen como una esperanza para su vejez, para el mantenimiento de ellos durante esta etapa de la vida, pero aquellos que viven de un empleo informal, no tienen la posibilidad de tener este “seguro” para cuando lo necesitan. A demás es bastante importante y preocupante resaltar que las personas cuando llegan a determinada edad, no tienen las mismas oportunidades de empleo, es decir no podrían tener asegurado el sustento de dicho periodo.
“Al llegar a la vejez, las personas pobres enfrentan un estado de salud disminuido como consecuencia de la acumulación de eventos adversos y múltiples carencias del entorno en el que han pasado la mayor parte de su vida.” (pág. 4), de esta manera inicia Salgado a describir uno de los problemas que más agobia a los ancianos, al ser un grupo tan vulnerable, gracias a sus pocos ingresos económicos y a su falta de estado físico para realizar tareas que para mantenerse. La pobreza no debería ser un factor de riesgo para los ancianos, ellos deberían ser las personas más protegidas por nosotros, no se debería permitir que ellos llegaran a tal punto de necesidad, su bienestar debería ser garantizado por la sociedad y el estado.
En conclusión, podemos ver cómo el bienestar de los ancianos depende en gran medida, a la actitud y a la colaboración que como ciudadanos les podamos brindar, aunque el estado debe crear políticas de seguridad, para garantizarles el cumplimiento de sus derechos. No podemos aceptar que este grupo social siga siendo discriminado por parte de la sociedad, que no tomemos en cuenta sus opiniones y que no nos importen sus necesidades, los hace aun más vulnerables el solo hecho de que no existan políticas para su protección, para respaldar la equidad y los privilegios que deberían tener.
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